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Sastrería: Oficio de antaño

La moda hecha a la medida a través de una actividad que prevalece en el tiempo  

En los centros históricos y barrios tradicionales de algunas ciudades mexicanas, se encuentran negocios que todos los días levantan sus cortinas como lo hicieron décadas atrás. Las sastrerías son ejemplo de ello. 

Aunque cada vez es más difícil encontrar este servicio dentro del panorama urbano, aún sobreviven algunos negocios gracias a la fidelidad de clientes que les han seguido desde sus años gloriosos o bien, quienes recién descubren los beneficios del arte sartorial.  

El origen 

En términos generales, se cree que este oficio tuvo su origen en países como Italia, Francia, España y Reino Unido, donde la corte real así como sus trabajadores más cercanos vestían con total elegancia.  

Tras la llegada de los españoles a tierra azteca y la colonización, las costumbres así como estilos europeos llegaron con fuerza a lo que hoy conocemos como México; la moda se adaptó pero durante siglos, siguió la vena del los expertos del viejo continente en técnicas y diferentes conocimientos.  

Los beneficios 

Acudir con el sastre es la garantía de obtener un traje a la medida o bien, algunas piezas que sin lugar a dudas se tornan exclusivas. ¿Lo más importante? Una amplia lista de opciones en cuanto a telas, materiales y otros detalles que convertirán el pedido en una prenda dispuesta a quedarse en el guardarropa por muchos años. 

Bajo esa premisa, las sastrerías vivieron un apogeo durante décadas en nuestro país, hasta que en los años ochenta y noventa, el auge de otras propuestas comerciales dentro de la industria de la moda comenzaron a tener una natural notoriedad.  

La actualidad 

Hoy en día las sastrerías, por lo general, ofrecen dos servicios muy puntuales. El primero de ellos es la reparación de prendas, sobre todo sacos, blazers, trajes completos, pantalones y diversas piezas de vestir. 

Por otro lado, mantiene su ADN original: dar forma a piezas desde cero para quienes desean algo a la medida y sobre todo, diferente a todo lo que se encuentra en el mercado; incluyendo la personalización de telas y otros procesos emocionantes.  

No es secreto que los expertos de este arte comienzan a ser menos en número y que las nuevas generaciones poco conocen del oficio, por ello, te invitamos: ¡Que tu próxima visita sea al sastre! 

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LO QUE OTROS OPINAN

Sigifredo

Soy sastre con 30 años de experiencia y estoy en buscs de trabajo. Confeccionando o arreglando ropa. Básicamente trajes

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