Nuevo rumbo: nueva imagen
Cambio en la identidad gráfica: cuando las empresas no conectan más.
La imagen de las empresas de moda es parte fundamental de su identidad. Los compradores identifican logotipo, colores y atmósferas que ofrece una firma en cualquier punto de contacto con el cliente.
Sí, tanto en el espectro físico como digital existe la posibilidad de posicionamiento y reconocimiento de las marcas frente a su consumidor, así como audiencias diversas.
Lo anterior se convierte en un elemento diferenciador para cualquier empresa o proyecto, sin importar el giro. En la moda, por supuesto, donde la cultura visual es una herramienta poderosa, resulta más que clave para alcanzar el éxito.
La identidad gráfica de las empresas está presente en las redes sociales, en el empaque, en un boletín vía correo y por supuesto, en la próxima campaña que arropará la nueva colección, entre otros ejercicios de comunicación.
Elementos de la marca
Entre los pilares que integran esta identidad gráfica se encuentran aspectos tan básicos como poderosos. En esta lista podemos mencionar el logotipo y la gama de color, tanto principal como secundaria.
Las tonalidades y el logotipo, son dos de elementos que resultan identificables para el comprador. Sus características deben ser tan únicas como particulares, con la intención de que el usuario logre diferenciarlo entre la competencia.
Cambios naturales o inesperados
Con el paso del tiempo, las marcas se enfrentan a un gran desafío: ¿la imagen aún conecta con su público meta?, ¿con el producto que comercializa en la actualidad?, ¿con los objetivos y deseos de la propia marca dentro del espectro de la moda?
Si la respuesta es sí, probablemente la imagen y el resto de la identidad gráfica han pasado el tiempo con dignidad. En otras palabras, ha sido parte del posicionamiento, así como el prestigio que el proyecto de la moda tiene (o busca).
Si la respuesta es no, lo más probable es que un cambio se avecine.
Renovación de imagen
La identidad gráfica de una firma debe cambiar cuando deja de reflejar su esencia, público o giro actual.
Por supuesto, el cambio tiene que estar justificado y realizarse de una forma estratégica. Lo correcto sería realizarlo tras un análisis amplio del mercado y de la propia marca; buscando que esa actualización conserve el ADN del proyecto, pero con los nuevos aires que sean necesarios: frescura, relevancia así como coherencia con los nuevos intereses.
Si es tu caso, la sugerencia es que recibas asesoría de expertos en la materia que te ayuden a tomar una mejor decisión y a profesionalizar cada paso que des pensando en el beneficio de tu marca de moda.
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