Amor a la mascada
Un complemento clásico e imprescindible para acentuar el estilo.
Cuando pensamos en una prenda tan clásica como atemporal (por no decir eterna), a nuestra mente puede llegar la mascada o el pañuelo en diferentes actrices o personajes de películas.
Si bien son dos piezas diferentes, en ocasiones comparten materiales y también algunos usos.
Dicho lo anterior, podemos confirmar que no son un sinónimo, pero sí accesorios muy parecidos que no pueden faltar en el guardarropa tanto de hombres como mujeres. ¿Por qué? Bien, se trata de piezas que elevan un look sobrio o bien, se convierten en acentos dentro de una misma paleta de color y hasta en contrastes cuando la base del atuendo tiene un color sólido.
Atreverse
En ocasiones, compramos estas piezas sin darles un uso constante. También usualmente llegan a nuestras manos a través de un regalo. ¿La recomendación? No dejes que se queden guardadas en un cajón. Su tela suele ser suave al tacto, con colores vivos o estampados llamativos. Atrévete a usar las mascadas o pañuelos, lograrás un look diferente.
Similitudes y diferencias
El pañuelo, en su mayoría, es fabricado en seda. Puede usarse en el cuello al hacerle algunos nudos o bien, un simple doblez que termina por verse bellísimo como “collar”. Cuando son de bolsillo, son utilizados para la limpieza de nariz o rostro.
En su versión grande, los pañuelos también ayudan a cubrir parte de cabeza, el rostro o en toda el área superior al hacerle tipo turbante, acentuando la feminidad y volviéndose un cómplice al estilizar el cabello.
Por su parte, la mascada también suele ser de seda u otras telas suaves; más grande que el pañuelo, es usada en triángulo o aprovechando su forma cuadrada en diferentes aplicaciones que sirven y se convierten en un adorno importante.
La recomendación
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